Toda la información que recibimos sobre el mundo, nos viene a través de nuestros
sistemas sensoriales. Debido a que muchos procesos sensoriales tienen lugar dentro
del sistema nervioso, en un nivel inconsciente, normalmente no nos damos cuenta de
ellos.
Estamos familiarizados con los sentidos del gusto, olfato, vista y oído, pero la
mayoría no pensamos en que nuestro sistema nervioso, también sienten el tacto, el
movimiento, la fuerza de la gravedad y la posición corporal. Justo a la vez que los
ojos detectan una información visual y la transmiten al cerebro para interpretarla, los
receptores del resto de sistemas sensoriales captan la información que ha sido
transmitida al cerebro.
Tenemos células dentro de la piel que envían información sobre el tacto fino, el
dolor, la temperatura y la presión. Tenemos estructuras dentro del oído interno que
detectan movimiento y cambios en la posición de la cabeza.
Y tenemos componentes de los músculos, articulaciones y tendones que nos
proporcionan conocimiento sobre la posición corporal.
El sentido del tacto
Aunque para la mayoría de la gente, los sentidos del tacto, movimiento y posición
corporal son menos familiares que la visión y el oído, es importante saber que son
críticos para ayudarnos a funcionar en nuestra vida diaria. Por ejemplo, el sentido
del tacto hace posible que la persona encuentre una linterna en un cajón cuando las
luces están apagadas.
La sensación táctil también juega un papel importante para protegernos del peligro,
por ejemplo, puede indicarnos la diferencia entre el tacto suave de los dedos de un
niño y el desplazamiento de las patas de una araña. http://www.isep.es/wp-content/uploads/2015/01/integracion-sensorial-y-trastornos-de-neurodesarrollo.pdf
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